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Historia
Mi sueño hecho realidad.
Todo comenzó en Alpachiri, donde nací, mi pueblo amado, ubicado al pie del Aconquija. Por el 1956 una maquina de tejer despertó en mi madre el deseo embarcarse en una alucinante aventura “el desafió”, no se pregunto cómo ni porque, solo lo hizo y al parecer el tiempo le fue confirmando que su decisión fue la correcta; así fue que con mi padre forjaron un pequeño taller de tejidos de punto con el que crecimos mis hermanos y yo.
Con la firme idea de avanzar y proyectarnos en la búsqueda de nuevos horizontes nos radicamos en la ciudad de Concepción en el año 1983, fue un periodo muy difícil pero nos dio la posibilidad de descubrir el perfil que nos identificaría a cada hermano de manera individual. Yo me dediqué a la confección en telas y fue maravilloso comprender que este descubrimiento me generaría constantes satisfacciones. Mis primeros trabajos fueron espontáneos, simples, surgidos por una necesidad de manifestar de alguna manera esa vocación artística dentro de mí. De pronto me vi con una tijera en la mano cortando un trozo de tela cualquiera que luego tomo forma en una prenda, no hubo mucho que pensar , tome la decisión. Creo que hice exactamente lo que hizo mi madre al principio, “embarcarme en el desafió”.
Debo agradecer el haber empezado de esa manera, esto me permitió comprender que no hay cosa mejor que la libertad para crear y crecer, solo hace falta dejar salir de dentro de uno la sabiduría que la vida otorga en si misma a cada ser humano. Me siento satisfecho con mi logro y más aun sabiendo que tengo a mi esposa Graciela y a mi hijo Franco al lado mío, abocados a la misma tarea y a los mismos sueños, porque eso sí, aun sigo soñando y queriendo crecer, sé que hay muchas más cosas por descubrir, que aun hay muchas barreras por sobrepasar, pero el hecho de haber arribado a esta etapa me da la esperanza de que puedo seguir adelante, ya no es solo mi fuerza, es también la fuerza de quienes están a mi lado mi hijo, mi esposa, mi madre, mis hermanos, la familia y mis amigos.
Quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón a las personas a quienes fueron y son destinados los trabajos de Edgardo Mora Alta Moda, sin ellas no habría llegado adonde llegue, me honraron con sus apreciaciones, con sus permanencias y por sobre todo porque fueron ellas mismas quienes me permitieron llevar con orgullo el titulo de mi profesión.
Historia
Mi sueño hecho realidad.
Todo comenzó en Alpachiri, donde nací, mi pueblo amado, ubicado al pie del Aconquija. Por el 1956 una maquina de tejer despertó en mi madre el deseo embarcarse en una alucinante aventura “el desafió”, no se pregunto cómo ni porque, solo lo hizo y al parecer el tiempo le fue confirmando que su decisión fue la correcta; así fue que con mi padre forjaron un pequeño taller de tejidos de punto con el que crecimos mis hermanos y yo.
Con la firme idea de avanzar y proyectarnos en la búsqueda de nuevos horizontes nos radicamos en la ciudad de Concepción en el año 1983, fue un periodo muy difícil pero nos dio la posibilidad de descubrir el perfil que nos identificaría a cada hermano de manera individual. Yo me dediqué a la confección en telas y fue maravilloso comprender que este descubrimiento me generaría constantes satisfacciones. Mis primeros trabajos fueron espontáneos, simples, surgidos por una necesidad de manifestar de alguna manera esa vocación artística dentro de mí. De pronto me vi con una tijera en la mano cortando un trozo de tela cualquiera que luego tomo forma en una prenda, no hubo mucho que pensar , tome la decisión. Creo que hice exactamente lo que hizo mi madre al principio, “embarcarme en el desafió”.
Debo agradecer el haber empezado de esa manera, esto me permitió comprender que no hay cosa mejor que la libertad para crear y crecer, solo hace falta dejar salir de dentro de uno la sabiduría que la vida otorga en si misma a cada ser humano. Me siento satisfecho con mi logro y más aun sabiendo que tengo a mi esposa Graciela y a mi hijo Franco al lado mío, abocados a la misma tarea y a los mismos sueños, porque eso sí, aun sigo soñando y queriendo crecer, sé que hay muchas más cosas por descubrir, que aun hay muchas barreras por sobrepasar, pero el hecho de haber arribado a esta etapa me da la esperanza de que puedo seguir adelante, ya no es solo mi fuerza, es también la fuerza de quienes están a mi lado mi hijo, mi esposa, mi madre, mis hermanos, la familia y mis amigos.
Quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón a las personas a quienes fueron y son destinados los trabajos de Edgardo Mora Alta Moda, sin ellas no habría llegado adonde llegue, me honraron con sus apreciaciones, con sus permanencias y por sobre todo porque fueron ellas mismas quienes me permitieron llevar con orgullo el titulo de mi profesión.